ORIGEN DEL SANTO VOTO

 

 Breve historia de la Devoción a la Virgen de Gracia:

      El origen de la advocación "Virgen de Gracia", se remonta al siglo XIV y XV. Dos son las celebraciones a destacar en honor de la Virgen: la fiesta del Santo Voto y la fiesta patronal de la Virgen de Gracia.

      Las fiestas del Santo Voto y de la Virgen de Gracia, según tradición popular, hunden sus orígenes en dos hechos: uno ocurrido en el siglo XIV, la peste negra que asoló Europa en el año 1348, otro la epidemia mortal que llegó a España procedente de Andalucía a finales del siglo XV, año 1486. Las dos afectaron negativamente a la población de Puertollano, Con los datos que han llegado hasta nosotros, ésta es la historia, según la "Crónica" y la "Historia de la Orden de Calatrava", siendo esta tierra territorio que perteneció a esta Orden.

Origen del Santo Voto:

       En 1348, siendo Rey de Castilla y León Don Alfonso XI y Maestre de la Orden de Calatrava Don Juan Nuñez de Prado, llegó a nuestras tierras la peste negra, haciendo su entrada desde el sur, Andalucía, como si de una nueva invasión árabe se tratara, asolando las aldeas, villas y ciudades del Campo de Calatrava.

      También llegó aquí a Puertollano llamado así por estar asentado en el valle estrecho que separa la sierra de Calatrava de la sierra del mismo nombre. Fué tal la mortandad, que su población quedó reducida a solo trece familias, no más de setenta y cinco habitantes.

      Agotados todos los remedios que alquimistas y curanderos podían proporcionar, todos los que pudieron acudieron al templo para invocar la protección de la Madre de Dios, pasando toda la noche en oración, y así por mediación de la virgen hallaron remedio y consolación....En reconocimiento y gratitud por el celestial amparo hicieron Santo voto en honor de los desposorios de la Virgen con San José. Esta fiesta del Santo Voto se celebra todos los años desde entonces el día de la octava de la Ascensión del Señor.

       Esta celebración se hace ofreciendo trece vacas, pan y garbanzos, para la alimentación de los vecinos y pobres y todas las personas que quieran venir a honrar y agradecer a Nuestra Señora la gran gracia y consolación que hizo a este pueblo, los cortijos y alquerías vecinas vinieron también a pedir ayuda y sanación.

      Gracias a las anotaciones de Don Claudio Cebrián, Párroco de Puertollano en aquellas fechas, sabemos como se celebró esta fiesta en 1903:

      "La víspera del día de la fiesta del Santo Voto, se daba por el Ayuntamiento a cada vecino una ración de carne de vaca, y después de la función religiosa, una comida de garbanzos, carne y pan a todos los pobres y personas que lo deseaban. Esta comida se arreglaba y distribuía en las dependencias de la Ermita de Nuestra Señora de Gracia. Se consumieron en ese año cinco vacas, dos becerros,algunos carneros, treinta y dos fanegas de pan cocido, dos de garbanzos. Las reses fueron compradas en su mayor parte por el municipio, todo lo demás se recogió de las limosnas de los fieles vecinos de la villa".

Origen de la Ermita de la virgen de Gracia:

      Reinando Doña Isabel, Reina de Castilla y Don Fernando, Rey de Aragón, siendo Maestre de la Orden de Calatrava Frey Don Garcí López de Padilla, los vecinos de Puertollano se vieron en un gran aprieto en el año 1486, cuando otra nueva peste venida de Andalucía asoló los Campos de Calatrava, mucha gente moría y por lo mismo acudieron al común amparo de pecadores y afligidos, María Santísima , Madre de Dios, a la cual votaron hacer una ermita yendo de procesión a señalar el sitio, y después que lo señalaron cesó el contagio y mortandad. Este sitio está situado a la entrada del valle llano que dá nombre a nuestra Ciudad, en un paraje llamado "el Bosque",

      Dicho voto se cumplió el año 1489 haciéndose una ermita de piedra de gran solidez, donde se venera la imagen de la Virgen de Gracia. Y desde aquel año se unieron el Santo voto y la devoción a la Virgen de Gracia, Madre y Patrona de la Ciudad. y como dice una tradición oral, transmitida de padres a hijos, el Santo Voto hecho a la Virgen por nuestros antepasados está tan unido al alma del pueblo que nada ni nadie lo pudo arrebatar del corazón de sus habitantes.