Ábrame madre el baúl
y la túnica me saca
que detrás de la esquina
está la Semana Santa,
que ya tocan a cabildo
que ya suenan las campanas,
que ya viste como hebrea
la Virgen de la Esperanza,
que ya se ofician quinarios
huele a cera quemada
perfumada con incienso
y flores de color malva.
Deme madre los cordones
y la capa bien planchada
para acompañar a Cristo
en su agonía, lenta y larga
por las calles de mi pueblo
hasta que despunte el alba,
bajo de un cielo estrellado
con luna redonda y blanca.
Debajo de mi antifaz
volveré a esconder mis lágrimas
que rueden por mi mejilla
cuando le mire a la cara,
cuando en silencio le grite
desde el fondo de mi alma
que cuide de mis mayores,
que a ver si al enfermo sana,
que el pobre encuentre un bocado
para llevar a su casa.
Que le dé ilusión al joven,
que al emigrante le abra
las puertas de donde fuere
como si fueran su casa,
que nos derrame la paz
que nos hace tanta falta.
Por las calles de mi pueblo
quiero acompañarte yo
en otra Semana Santa.
Fuente: https://mjblg.wordpress.com/2017/04/07/semana-santa/
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